No la entiendo, definitivamente no la entiendo. Me doy por vencido, creo que no soy capaz de entender a nadie.
Hoy tenía hambre, y teniendo poco dinero, quise comprar un chocolate de 100 sestercios. La señora me dijo que costaban 200 sestercios. Yo sabía que en todos los demás negocios - a pocos pasos -, los vendían a 100 sestercios. Aparenté no sorprenderme, temí que mis gestos torpes me delataran. Pagué los 200 sestercios, y me avergoncé de mí mismo.
No... no entiendo.
Hoy tenía hambre, y teniendo poco dinero, quise comprar un chocolate de 100 sestercios. La señora me dijo que costaban 200 sestercios. Yo sabía que en todos los demás negocios - a pocos pasos -, los vendían a 100 sestercios. Aparenté no sorprenderme, temí que mis gestos torpes me delataran. Pagué los 200 sestercios, y me avergoncé de mí mismo.
No... no entiendo.
Tal vez debería usted haber comprado algo diferente, pero me imagino que la susodicha tendría todos sus productos a precios más elevados ¿o sería esto por las altas horas de la noche?
ResponderEliminar...